Soy desvelo,
ideas que me convencen, o la conciencia convencida.
El cuaderno con hojas blancas que te ha esperado años en el librero
la forma de mi cintura, las canas,
soy a veces una planta, un animal, un halo de luz,
un colibrí zumbando en mi oido,
una tormenta eléctrica,
un pantano,
el incendio de una biblioteca.
Soy vapor,
reposo sobre mis recuerdos, mis parientes olvidados, mi cama de soltero.
Me sentencio a cada rato,
añoro cosas que nunca pasaron,
y extraño.
Soy esa canción que escuchaban mis padres,
el carrito de metal que me llenaba la mano,
el carrete de hilo que se convertía en puentes y tuneles gigantes.
Soy el cuadro de honor, mi miedo a las peleas, mis lágrimas fáciles,
mi despertar súbito a la realidad, de miradas y reproches entrelíneas,
mi colegio ingrato, la apuesta en la que perdí la fe.
Soy el chocolate con veneno, la cubeta de plástico verde,
el primer encuentro con la muerte.
Las peleas con mi hermana y las casas de cartón,
las piezas de carros, los libros con ilustraciones, el balón,
la cancha verde y la puntería infalible,
el resorte en las piernas, los giros al frente,
la mano que podia sostener boca abajo un balón de basket.
Soy inventor
el 11 en la camiseta,
la banca de atras en la fila de enmedio,
el novio perfecto,
eterno,
intermitentemente solo.
Soy un viaje devastador,
la cama de arriba,
los trenes,
las noches en un parque,
la amistad, las ideas y los sueños locos en un sótano,
el hambre de mundo, la ilusión de niños,
el sueño que fragua de maneras impredecibles.
Soy el tiempo que se disuelve en el aire de la oficina.
Soy el silencio de mi cabeza.
3 comentarios:
y eres...
Buen regreso.
Un beso.
Eres interesante!
Y ahora yo me considero fan de tus escritos!
Araceli
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